Hoy, 22 de marzo, además de las elecciones al Parlamento en Andalucía, es el Día Mundial del Agua, y una vez más, la Seguridad Alimentaria se presenta como un elemento clave en el avance de cualquier colectivo humano, pues qué somos sin alimento ni agua en este mundo. No somos nada.
En los años ochenta, se entendía por Seguridad Alimentaria, la autosuficiencia de un país cuando era capaz de producir todo lo que consumía, algo así como la autarquía. Más adelante, la liberalización de los mercados genera un pequeño cambio sin importancia en la manera de entender a las personas y comerciar con los recursos más esenciales para la vida, que obligó a reflexionar a los literatos que ya habían esgrimido su bonita definición. Así pues, se encontraron con el siguiente conflicto de intereses: La disponibilidad de alimentos no implica el acceso a ellos, o lo que es lo mismo, se puede disponer de suficiente cantidad de alimento y bebida para abastecer a la población, pero no toda la población puede acceder a ellos.
Siendo la semántica un tema fundamental, (podrán tacharnos de otra cosa, pero no de falta de miramientos con el lenguaje y su sintaxis), y haciendo honor a la realidad imperante, la FAO amplía la definición:
La seguridad alimentaria existe cuando todas las personas tienen, en todo momento, acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, inocuos y nutritivos, que satisfacen sus necesidades energéticas diarias y preferencias alimentarias para llevar una vida activa y sana. (Cumbre Mundial sobre la Alimentación, 1996). El término ahora engloba:
1. Disponibilidad física de los alimentos
2. Acceso económico y físico a ellos
3. Utilización de alimentos
4. Estabilidad en el tiempo
Ya tenemos nuestra definición lista para plasmar en cuantos folletos, carteles, interminables diapositivas en las clases de la facultad, días conmemorativos, cenas de gala de políticos… nos apetezca plasmarla. No hay nada más satisfactorio que tener los deberes bien hechos.
Naciones Unidas decidió hace 22 años dedicar este día al Agua dulce, a promover conciencia sobre la importancia de la gestión sostenible de este recurso esencial para la vida, en sus tres dimensiones: local, ambiental y económica. Se creó el Decenio Internacional para la Acción "El agua, fuente de vida" 2005-2015. Cito literalmente: El objetivo fundamental del Decenio es promover los esfuerzos para cumplir con los compromisos internacionales adquiridos en materia de agua y saneamiento para 2015 (…) acordados en la Declaración del Milenio, el Plan de Ejecución de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible de Johannesburgo y la Agenda 21.
En este caso, nos ha pillado en domingo, y aún no tenemos hechos los deberes para mañana… ahora nos tocará mirar para abajo y aguantar el tirón, pero que en el fondo esconde una sonrisa nívea y permanente que parece que te han pegado con loctite, que no dice nada, de esas que hemos visto últimamente con melodías electorales de fondo. Qué vamos a hacer si no.
Falacias aparte. Promocionar la relación entre higiene, enfermedades y desnutrición, es uno de los objetivos fundamentales que no pueden esperar más congresos ni reuniones mundiales para debatirlo, en las que cuesta más el collar que el perro. Y precisamente afecta, cómo no, a los países que menos se escuchan, aquellos que no se plantean ni siquiera que hoy es el día Mundial de un recurso básico que ellos no tienen, o que está tan contaminado, que prefieren casi ni tocarlo.
Leía un artículo esta mañana que me dio ganas de escribir, porque pienso que en el fondo, todavía hay gente que le importa más ir al grano, que plasmar sonrisas en papel de foto. Hablaba un miembro del comité local de higiene de una ONG, de la construcción de letrinas y el uso de una zona de higiene separada y protegida del ganado en un grupo de familias de Sudán del sur, y cómo sus hijos se ponían menos enfermos desde entonces, e iban ganando en calidad de vida. Escribía al final del artículo que a las mujeres les daba miedo y pudor usar esa letrina, al estar algo alejadas entre los arbustos; miedo por las serpientes y leones que por allí pudiera haber, y pudor por los hombres, que ante tal espectáculo desconocido, pudieran atacarlas.
Y ahí ando, absorta entre líneas y pensamientos.