Insatisfacción corporal, presión social y salud. La paradoja actual en una era feminista.
Eres alta y tienes suerte de estar delgada, si caminaras erguida y te arreglaras un poco…
Extirparse la carne es renunciar a la existencia, de que si no hay cuerpo no hay nada, de que todo lo que no se pare a sentir, a aceptar y a recordar en su cabeza, saldrá de alguna manera somatizado a través de los poros de su piel
Rosario Villajos, La educación física (2023).
Tenía ganas de retomar el BLOG con un tema que me atañe directamente como MUJER y como nutricionista, y en cuya investigación ando inmersa desde hace un tiempo.
Hablar de feminismo en la actualidad quizás ya no sea un tema relegado a los márgenes, o no tanto, pero El mito de la belleza que Naomi Wolf escribió en 1992 sigue estando por desgracia muy vigente. Nuestra insatisfacción corporal acapara y consume nuestra energía mental y física y nos sigue robando el sentido por el que levantarnos cada mañana. Pero lo peor es que lo sabemos, y además de insatisfacción, ahora también sentimos culpa porque no somos todo lo feministas que deberíamos ser.
En la actualidad, la belleza está severamente definida según criterios de sexo, edad, color de piel y tamaño corporal. Todo lo que se salga de ese estrecho rango es relegado a los márgenes, allí donde coexisten la discriminación y el sufrimiento. No es de extrañar que se acometan intentos desesperados de modificación del cuerpo para conseguir acercarse al patrón y dejar de pertenecer por fin al bando de los perdedores. El mercado de la estética en sus diferentes vertientes (farmacéutica, médico-quirúrgica..) mientras tanto asiste y pone la mano, a través de la falacia de la salud.
¿Sigue nuestra autoestima dependiendo de la validación externa?
¿Seguimos necesitando agradar (sobre todo a los hombres)? ¿Y sonreír (sobre todo a los hombres?
Las mujeres se ganan su presencia en los cuentos gustando (...) a excepción de la villana, que es fea porque es malvada, o viceversa. Una chica gorda, vieja o con zapato plano sería en todo caso la caricatura cuya clave de humor consiste en representar a una mujer poco representativa de mujer.
Mantén la línea. No pierdas la forma. ¡Mantente en forma! Contente. Coge la goma y borra eso. Recorta por la línea de puntos, dobla las pestañas de papel y listo; ya tienes la muñequita de mujer.
Raquel Manchado en su prólogo de El mito de la belleza (Naomi Wolf, 2ª ed. 2020)
¿A dónde va el amor cuando la belleza desaparece?
Existe además una preocupación desproporcionada y desajustada en relación a los potenciales riesgos de salud asociados a la obesidad, que no se da ni siquiera en los debates sobre alcoholismo o tabaquismo.
Y ojo, esto no quiere decir que no los haya. Pero es importante además tener en cuenta que la preocupación por el peso aniquila también nuestra autoestima.
Gran parte de la crítica feminista a la belleza solamente ha dejado a las mujeres confundidas sobre qué es una opción saludable. Como mujer de mediana edad que está ganando más peso que nunca, quiero perder kilos sin generar cierto autodesprecio sexista de mi cuerpo al hacerlo.
bell Hooks, El feminismo es para todo el mundo.
Belleza, alimento y disfrute.
Privarse de comer se considera positivo en la mujer. El modelo de feminidad madura y de éxito somete al cuerpo a una vida de privación y sacrificio. El hambre reduce y controla el foco de interés de una mente que se ha dejado llevar.
El mito de la belleza (Naomi Wolf, 2ª ed. 2020)
Leía una publicación de la psicóloga Laura Hernangómez que me resultó muy útil en conversaciones que comparto con mis pacientes en torno a la relación con la comida y los trastornos alimentarios.
¿Disfrutar puede ser insano? Lo cierto habría que preguntarse realmente ¿por qué se busca el disfrute? ¿Es una evasión? Dice ella:
En ese sentido, siempre recuerdo a la profesora de filosofía Maite Larrauri (Filosofía para profanos) en su reflexión sobre el placer y la mesura:
Preferimos la prohibición y el permiso, a la moderación que nace de unos límites puestos por uno mismo. Preferimos que se nos diga que está prohibido beber, antes que se deje a nuestra iniciativa saber cuánto y cuándo. La moderación es fruto de la reflexión y del conocimiento de uno mismo: cada estómago tiene una medida.
Pienso que la religión en una sociedad aún dependiente de su legado, sigue siendo el eje que modula y enjuicia nuestro disfrute. Falta mucha pedagogía y un largo camino por recorrer en torno al placer y al disfrute, que nos permita un equilibrio (esto es a lo que Laura se referiría como sano) y nos aleje de la culpa.
Nos acercamos al placer con el temor de sentir el veneno del descontrol, y nos alejamos espantados, ayunándolo, hasta el siguiente atracón.
Carne, es un cortometraje de animación brasileño (2019), dirigido por Camila Kater.
Una mirada feminista a la imagen del cuerpo de la mujer, a sus diferentes etapas y a los tabúes sociales. 5 capítulos que describen las etapas vitales de la mujer, y la narración en primera persona de cómo la experimentan. Un material de una sensibilidad y realismo que deja perpleja.
Se puede ver completo en Filmin. Aquí algunos fragmentos de sus capítulos:
Pienso que ninguna mujer vive en su propio cuerpo. Yo siempre fui una niña gorda, pero eso no fue ningún problema en la escuela.
Pero tenía en casa a mi madre diciendo que yo era su fracaso como nutricionista.
En casa descubrí que mi peso era un problema. Nuestra alimentación siempre fue muy rigurosa. Cerrar armarios para que yo no pudiera acceder a la comida, sólo a la que ella creía que debía comer.
Pienso que las personas cuando ven un cuerpo gordo, lo ven como un cuerpo transitorio. Para mi madre yo no era gorda, yo estaba gorda.
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(…) Pero no es fácil ser un cuerpo.
(…) Y ahora, la vejez que estoy viviendo no es así. No siento terror ante ella. Los hombres piensan que cuando las mujeres entran en la menopausia dejan de ser mujer. Es una deformación profunda.
Después de esa lucha contra el cuerpo, me siento bien dentro de él hoy, con 79 años. Sigue siendo un cuerpo que necesito transformar, de otras maneras. Y en ese sentido, intento ser dueña de mi cuerpo.
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Mi cuerpo siempre se pone en tela de juicio, al tener muslos gruesos, culo grande y ser negra, automáticamente ya es un cuerpo sensual.
Existe una palabra para eso, la hipersexualización de la negra. Tanto me preguntan si me gusta el Funky como si soy de una escuela de samba.
Apunta bell hooks que criticar sin ofrecer alternativa es una intervención incompleta, la crítica por sí sola no conduce al cambio. Y estoy muy de acuerdo, más aún en una época donde el flujo de información es abrumador. Es por ello que más que una crítica, la intención de este texto es recopilar conocimientos, ordenar ideas y continuar con un trabajo de visibilización imprescindible, en mi caso, a través de la nutrición.
En algún momento previo a esto que escribo, hubo mujeres que me inspiraron con sus ideas y sus creaciones. Los fragmentos que cito textualmente me han permitido ampliar y conectar reflexiones.
Lógicamente todas ellas están citadas de manera que puedan reconocerse y acceder a su obra, y continuar así ampliando una red de conocimiento en un tema medular en la época que vivimos.
Agradecida de aprender.