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Lunes, 16 Julio 2018 15:14

Galletas de coco y almendra (el exceso contradice el disfrute)

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Casi puedo tocar las vacaciones, intento hacer como que no me afecta y soy capaz de esperar pacientemente, pero no es verdad. No nos engañemos, ningún ser humano es capaz de soportar una vida sin unos días de ruptura con la rutina.

Tengo escrita literalmente una página de platos e ingredientes que buscar y probar desesperadamente en los mercados de los pueblos a los que me dirijo este verano, para luego sentarme a comerlos sumida en el sosiego. Experimentar la sensación del placer de comer debería ser enseñada en la escuela desde pequeños, otorgar una definición exclusivamente positiva al término francés bon vivant, y alejarnos de la idea de comer hasta reventar, beber hasta ya no poder parar, pues no hay contradicción más extrema al placer. Creo que de esta manera, verdaderamente, aprenderíamos sobre cómo evitar la voracidad generalizada que sufrimos, en todos los aspectos de nuestra vida. Somos insaciables.

En este sentido, el epicureísmo anduvo reñido con el cristianismo, en tanto en cuanto las normas externas (morales), resultaban un menoscabo a la mesura interna, propia de cada individuo. “El principio y raíz de todo bien es el placer del vientre”. Busca el placer según tu estómago, sin pasarte. El equilibrio debe ser armonioso con la naturaleza y con los demás. Y esto, por desgracia, es poderosamente difícil de asumir. Y es que, como leí en el texto que acompaña a esta entrevista a esta profesora de filosofía, Maite Larrauri (Filosofía para profanos):

 Preferimos la prohibición y el permiso, a la moderación que nace de unos límites puestos por uno mismo. Preferimos que se nos diga que está prohibido beber, antes que se deje a nuestra iniciativa saber cuánto y cuándo. La moderación es fruto de la reflexión y del conocimiento de uno mismo: cada estómago tiene una medida.

El concepto de gastrosofía (quizás una adaptación personalmente elegida al término vividor o bon vivant), se centra en cualquier gozo que rodee al acto de comer, incluyendo lo que cada uno sienta más profundamente a tales efectos. La idea de disfrute es antagónica al exceso. Y cuando hablamos de comer y beber con grandes dosis de placer, nos referimos por ejemplo, como Maite apuntaba, a una buena copa de vino, con unos higos, unas uvas y un buen trozo de pan y queso, frente al mar, en buena compañía, escogido todo ello con premeditación y sin perjuicio alguno sobre el otro.

Gastronomía trascendental aparte, paso a detallar una receta de galletas que he preparado estos días, sumida en la creatividad prevacacional y pensando en cómo gastar todo lo que me queda en la nevera y despensa. Desde luego, es una opción de desayuno/merienda/picoteo que planteo para llevar de viaje, teniendo en cuenta el hambre que acechará y la oferta insulsa de las estaciones y aeropuertos para picotear. Como picnic de viaje, nada mejor que fruta fresca, frutos secos, agua, y si te apetece algo dulce, alguna receta casera aprovechando todo lo que te quede por gastar antes de las vacaciones.

 

GALLETAS DE COCO Y ALMENDRA

INGREDIENTES (para 12-14 galletas)columnas galletas

  • 50g de coco rallado
  • 70g de almendra molida
  • 60g de almendra picada
  • 30g de miel
  • 1 huevo
  • 3-4 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
  • Un toque de jengibre, canela y cardamomo

 

ELABORACIÓN:

Mezclar los ingredientes secos por un lado (coco, almendra, especias) y los líquidos por otro (miel, huevo, aceite). Si no estuviesen rallados previamente, pasarlos por un procesador de alimentos o picadora. Una vez todo listo, mezclar todo junto en un bol. Hacer pequeñas particiones de la masa y colocar sobre una bandeja de horno con papel vegetal. Precalentar el horno 5 minutos y hornear las galletas durante 15 minutos a 200 °C.

 

Preparación 640x432

 

Al sacarlas del horno, no las metas en un recipiente cerrado, colócalas sobre una rejilla para que se enfríen durante unos 20 minutos. Una vez ya frías, gárdalas en un bote de vidrio hermético. Se conservan 2-3 días en perfecto estado, aunque en verano, es mejor no apurar y consumirlas cuanto antes.

Bon appétit!

 

CARACOL GALLETA

 

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Comentarios (2)

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Ahora mismo me comía una delicia de esas con un buen "caffè macchiato"....

Raúl scyllis
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Acabo de hacerlas, me han salido ¡riquísimas!

Rocio
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