Para despedir el frío invierno y dar la bienvenida a la primavera, que por cierto ya nos vamos mereciendo... una última cata de bizcocho integral de algarroba, con alimentos propios de la temporada que se nos va, para dar paso a las fresas, las cerezas, los espárragos...
La algarroba fue un alimento que sacó de la hambruna en la Guerra Civil a muchos españoles, en unos años de extrema dureza, si es que estos adjetivos pueden ni siquiera servir. Quizás por ello, ha ostentado durante muchos años la categoría de alimento desterrado, perteneciente a una época de la que no se quiso hablar. Actualmente, y haciendo uso de la memoria, me parece oportuno dedicarle estas líneas con un sabor más dulce.
Por cierto, puede adquirirse con facilidad en tiendas de alimentación ecológica, a precio razonable.
La harina de algarroba es un perfecto sustituto del chocolate. Muy rica en fibra soluble (excelente para nuestra microbiota), vitaminas del grupo B, proteínas y antioxidantes. Al ser ya dulce de forma natural, el bizcocho de algarroba requiere poca azúcar. Añadimos naranjas a ser posible procedentes de cultivos cercanos y que no hayan viajado demasiados kilómetros, huevos de gallinas camperas, que además de favorecer un trato animal digno, otorgan un sabor inconfundible; y como grasa, aceite de oliva virgen extra de nuestros olivos, y unas nueces.
El resultado es un bocado dulce diferente y sorprendente (si no ya me dirás), un aliciente gastronómico para una tarde como la de hoy.
Vamos con la receta:
INGREDIENTES
- 150 g harina de trigo integral
- 4 cucharadas soperas colmadas de harina de algarroba
- 1 sobre de levadura en polvo
- 3 huevos camperos o ecológicos (0 o 1 en el código de la cáscara)
- 80-100 ml aceite de oliva virgen extra
- 1-2 cucharadas soperas de azúcar integral de caña o panela
- 100 ml leche o bebida vegetal
- 1 naranja entera
- Un buen puñado de nueces
ELABORACIÓN
En un bol, batir los huevos, el aceite y la leche. Mezclar enérgicamente con las varillas. Añadir poco a poco la harina de trigo, la levadura y el azúcar, y ligar bien. Añadir la naranja troceada y batir con la batidora durante varios minutos, hasta que espume. Por último, añadir la harina de algarroba poco a poco y volver a ligar todo muy bien. Observarás que en el momento que eches la algarroba, la mezcla se hará más densa. Por eso, aconsejo batir con la batidora para que emulsione bien la mezcla, y de esta forma, luego quede más esponjoso el bizcocho. Incorporar las nueces troceadas a la masa.
Precalentar el horno 10 minutos a 180 grados. Engrasar un molde de horno y verter la mezcla en el molde, añadir por encima nueces peladas y hornear unos 40 minutos a 180-200ºC. Antes de sacarlo, pinchar con un tenedor para asegurarte de que esté bien cocido (que salga limpio).
El placer de saborear este bizcocho, el deleite de cocinar, manipular, hornear, recordar... mientras suena música agradable o escucho una tertulia en la radio, constituyen momentos necesarios en nuestro día a día. El mundo se detiene.