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En este primer episodio, hablaremos sobre el origen de NUTRIMENTE, y mi trayectoria hasta llegar aquí. Un episodio con tintes autobiográficos al principio, pero que sirve como enlace para plantear reflexiones sobre la figura del Dietista-Nutricionista en la Sanidad Pública y su presencia inexorable en la esfera privada, al menos por el momento. 

¿Cuál es el papel que desempeña un nutricionista en un hospital? 

¿Qué supone venir a consulta de Nutrición? Nos metemos de lleno en la complejidad del proceso de cambio que ello implica. 

Un proceso lento, que implica conciencia, confianza, perseverancia... si tienes mucha prisa, quizás tengas que pensártelo dos veces. 

Hablamos de las recaídas, de la figura del psicólogo para reforzar el tratamiento nutricional. Tiene que haber un cambio intrínseco por parte del paciente para entender y aceptar la patología en el caso de que exista, o estar convencido del cambio que desea emprender. 

Hablamos sobre cómo establecer una relación Nutricionista-Paciente en la consulta, de las habilidades interpersonales que debemos tener los profesionales sanitarios que los atendemos, de crear discrepancias y hacerles pensar. 

Como veis, un proceso complejo y apasionante al mismo tiempo, que va mucho más allá de una báscula y una dieta. 

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Hoy es el Día mundial del Dietista-Nutricionista. ¿Y de verdad sabemos a qué se dedican exactamente esos profesionales SANITARIOS y qué podrían aportar al Estado (= Sociedad)? 

Hablo en términos de prevención de enfermedad y muerte, y por tanto de dinero, dejémonos de eufemismos.

Un tiempecito ha pasado ya desde que comencé a ejercer... y experimento una satisfacción progresiva (pero comedida) al comprobar que nuestra figura profesional comienza a hacerse hueco entre la población. Hemos trascendido a la levedad de la calculadora de calorías, ahora tenemos más crédito verbal. Se nos escucha, se nos busca.

Diseñé esta imagen que coloco en portada hace ya unos años, porque me veía en la obligación de explicar y divulgar qué somos, pues la cosa no estaba nada clara y los límites se diluían en una suerte de intrusismos y devaluaciones.

Lo cierto es que sigue siendo necesario alzar la voz y reivindicar la presencia de los Dietistas-Nutricionistas en la esfera pública, la sanidad y la educación requieren profesionales cualificados y especializados. ¿Para qué oferta el estado entonces una formación universitaria pública en la que no tiene cabida? No deja de ser una incongruencia económica. Es algo así como la fuga de cerebros formados en España que emigran al extranjero en busca de reconocimiento y trabajo. 

No tiene sentido que a día de hoy el colectivo de enfermería siga asumiendo nuestra profesión, además de la suya. ¡¡Nos necesitamos mutuamente para tratar al paciente!!

Los servicios de Enfermería y Nutrición no son excluyentes, son complementarios. 

De momento, sigo trabajando desde la consulta privada y en la formación y divulgación en el ámbito privado (en ciertas ocasiones la Administración pública ha contado conmigo, cierto), pero sigo confiando en que veré con mis propios ojos, antes de retirarme a una dudosa jubilación (no entremos en eso ahora), a un/a Dietista-Nutricionista tratando y educando pacientes en su consulta ambulatoria, junto a la del MAP y la enfermería.

Déjenme elucubrar, que hoy me está permitido.